Hace unos seis años aproximadamente después de un calvario de pruebas e incertidumbres a mi ama le diagnosticaron celiaquia. Alivio. Sentimos un gran alivio pero a la vez incertidumbre porque un montón de cambios se avecinaban.
Lo primero fue ir a la Asociación de celiacos de Euskadi. Allí le explicaron a ama como iba a ser su vida a partir de ese momento. Porque si, porque la vida te cambia de golpe cuando descubres que eres celiaco.
En casa al principio no eramos conscientes de las dificultades que atraviesan las personas alergicas al gluten para llevar una vida lo mas normal posible. Y digo bien, lo mas normal posible, porque a partir de ese momento nada vuelve a ser normal.
Nosotros, pobres ilusos, pensábamos que bastaría con tener un pan especial y pasta especial. Lo dicho, pobres ilusos! El gluten esta en todas partes desde en el jamón de york hasta en el tomate frito pasando por el chocolate.
Asique hace seis años ama empezó a hacer unos cursos gracias a la asociación en los cuales les enseñaron a prepararse pan, masas, como tener la comida distribuida en casa, la importancia de no mezclar etc.
Al final nos fuimos mentalizando todos de que aquello iba a ser duro y para siempre.
Poco a poco vas aprendiendo que productos son libres de gluten, cuales tienen gluten y también vas descubriendo algunos en los que no se especifica y por seguridad ni tocas. Que digo yo, que costaría poner en los envases si tienen gluten o no? Creo que la Unión Europea había regulado esto pero la realidad es que el etiquetado completo en todo los productos no acaba de llegar y en mas de una ocasión he visto como ama no ha comido algo por si acaso...
Otro factor a tener en cuenta es la vida social. Difícil, muy difícil ir de pintxos por ejemplo. Difícil desayunar en un bar cuando la bollería no la puedes ni oler, las tostadas tampoco y las tortillas están en contacto con el pan lo que las contamina y las elimina del mapa, difícil cuando asistes a una fiesta y todos los pintxos tienen base de pan o salsas engordadas con harina, difícil cuando estas fuera y no sabes preguntar, difícil cuando estas en cuadrilla el poder cenar o comer sin preocupaciones.
Y hablando de vida social, lo que mas increíble me parece es que las personas que trabajan en hostelería no tengan conocimiento de que se puede y que no se puede comer. No entiendo como un profesional del sector no sabe con que esta elaborada la comida que ofrece. No lo entiendo.
Ahora me estoy acordando del año pasado cuando en nuestra boda a ama en la terracita le mezclaron sus pintxos con los de los demás y después se perdió todo el banquete por la intoxicacion. Cuando estas en sobre aviso de que hay una persona con una alergia, por favor ten cuidado y sobretodo informa a tus trabajadores, que el tema es serio.
Y por ultimo pero no por ello menos importante, ¿Que pasa con el precio de los productos sin gluten? ¿Son de oro? ¿tienen diamantes dentro? Porque la verdad no puedo entender como un kilo de harina puede costar mas de cuatro euros, cuando uno normal cuesta un euro. Y me he quedado en el ejemplo de la harina porque este quizás sea el ejemplo de un alimento base. Pero si nos pondríamos a hablar de golosuras los ojos nos harían txibiritas. Por ejemplo cada palmerita de chocolate cuesta un euro y pico, lo mismo que una grande "normal". El pan rallado ídem de ídem, el pan se convierte en articulo de lujo llegando a costar hasta mas de cinco euros una bolsita de pan de molde que nada tiene que ver con el que comemos nosotros.
Asique podríamos decir que mientras los envases no vengan etiquetados completamente e indiquen si contienen gluten o no, las personas que trabajan en hostelería y comercios vendiéndonos alimentos no sepan si lo que ellos venden contiene gluten o no, en nuestras familias y cuadrillas no seamos capaces de sentir cierta empatia con nuestros allegados alergicos y los precios no bajen, el ser celiaco seguirá siendo un motivo para que las personas que lo sufren no puedan vivir una vida totalmente normalizada.