El sabado tuve la suerte de poder ver al frutero en el Campos Eliseos. Despues de dos horas destornillandonos y antes de finalziar su actuacion nos anuncio a todos los presentes que al terminar la funcion, iba a estara a disposicion del publico en la entrada del teatro.
Dijo que es comentado y sabido que algunos de sus compañeros de profesion al alcanzar la fama, se vuelven gilipollas. Y el apostillo que no es que la fama vuelva gilipollas a la gente, si no que los descubre.
Y la verdad es que tristemente creo que esta reflexion se puede trasladar a muchas profesiones...
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