jueves, 10 de mayo de 2012

Beti txuri-gorri!!!!!

Galdu zein irabazi, gure bihotzak beti izango dira txuri-gorriak ta beti izango gara harrobiaz harro nahiz eta batzuetan gure taldearen jokua ez izan batere ona atzo gertatu zen bezala.
Ilusioa geneukan ipinita atzoko partiduan eta azkenean esku hutsik bueltatu ginen etxera. Badakit UEFAko podiumeko bigarren postua daukagula baina zapore gutxi ateratzen ari diogu erdi garaipen honi.
Egia da baita ere atzoko partidua bukatu bezain laster, datorren 25ekoan pentsatzen hasiak ginela (bueno batzuk aspalditik gabiltza bueltaka).
Baina hori bai, gaur atzo baino txuri-gorriagoak gara eta 25ean lehoiek orru egingo dute Madrilen, hori seguru.
Aurrera Athletik!
Beste egunien ausnarketa hau topa nuen kalean... polita benetan... hau da Atheltik, gu gara Athletik, herria da Atheltik.
Un día alguien me preguntó, ¿qué significa ser del Athletic? A lo que yo respondí:
El Athletic es el aitite y el nieto compartiendo bandera.
El bocadillo de ama o la bufanda tejida por la abuela.
La bota del vecino y el abrazo con el desconocido.
La lluvia racheada, entrando por Ingenieros.
La mujer que de niña soñó con calzar botas y la hija que lo logró.
El último domingo compartido entre padre e hijo, sin saber que sería el último.
El primer beso íntimo, rodeados de 80.000 ojos.
El escudo al atardecer, al fondo de una calle de bares.
El puro fumado por uno, pero compartido por todos.
El grito desesperado, la emoción desbordada, la lágrima suelta.
 Y el placer de placeres.
 El éxtasis.
El rugido del león.
 El "A por ellos" y el "Beste bat" o el "Athleeeeetic" con bufandas al viento.
Los primeros, cortos y rotundos.
 El segundo, arrastrado con sentimiento.
Tal y como es la verdadera felicidad.
Así es nuestro Club.
De todos y de nadie.
Tan singular en filosofía, como plural en seguidores.
Tan respetado, como incomprendido.
Hay equipos que hacen historia, el Athletic hace leyenda.
Y todo, porque un día indeterminado, en un acuerdo no escrito, decidimos seguir un peculiar camino. Donde otros veían el final nosotros veíamos principios.
Elegimos ser David cuando todos querían ser Goliat.
A la utopía con la épica, pasando por Bilbao.
En eso estábamos y aún estamos.
Un acuerdo que se mantiene, pese a todo, entre millones de aficionados alejados en lo geográfico, lo político, lo cultural o lo social.
Aquel día incierto, elegimos vencer menos pero ganar más.
Y entendimos que el Athletic es una cuestión de familia.
Lo del futbol, créanme, es secundario

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